Poetry is not dead, de Luna Miguel, en Crítica poética Addison de Witt.

He encontrado un blog de personas valientes, dedicadas a machacar la corrupción literaria de España, concretamente en el campo de la poesía. Se llama Crítica poética Addison de Witt.

Provoca una suma vergüenza por delegación que la auténtica crítica literaria tenga que llevarse a cabo en blogs, mientras en los suplementos culturales unos tontitos hacen resumenes de los libros que se han leído. Los crítiquillos de suplemento son un atajo de cobardes, preocupados sólo por su sueldo, y han transformado los suplementos culturales en una inutilidad total: si pagas un anuncio, eres bueno; si no lo pagas, allá tú.

El caso de Poetry is not dead, de Luna Miguel, hija de los dueños de la editorial El Gaviero:

-Parte del poemario fue publicado con anterioridad, y a cara descubierta, contraviniendo las bases:
Es nuestra modesta opinión, la aparición de estos cuatro poemas va en contra de nada menos que dos puntos de las bases del premio: la exigencia de que el poemario sea inédito y el anonimato de los participantes.

-Un premio corrupto:
Argensola siempre ha sido el premio que mejor maneja el editor de DVD. Y este libro lo vuelve a confirmar.

-Puede encontrarse en el post una crítica exhaustiva, casi acompasada. Un ejemplo:
En “Literatura depresiva de madame Psicosis” el tremendismo poético, la impostura de un falso malditismo, alcanza sus cotas de mayor paroxismo cuando el sujeto desea “Que me violen todos, / que me violen todos, / que me violen una y otra vez,”.

-Etc:
El editor de DVD es un experto en vender humo y en fabricar productos. Ahora se vende el producto muy joven y femenino. Es lo que vende. Si el experimento Elena Medel, a pesar de su calidad, salió tan bien en términos de ventas, ¿por qué no va a salir bien éste? ¿A quién cojones la interesa la literatura?

En definitiva, otro bluf literario: una niña de papa que tiene que ser escritora porque su papi puede hacerlo.

Como curiosidad, pueden leerse en el blog de Alberto Olmos varias páginas de basura y relleno para tratar de dejar KO a sus lectores. Todo, con el fin de defender un premio corrupto y pelotillear a la autora y, sobre todo, a su influencias paternas y amistades:

"Somos pocos y mal avenidos: estupendo. Pero tenemos que seguir siendo pocos, porque si no no seremos ninguno".

Una defensa propia de un sindicato literario.

Con esta corrupción literaria se está hundiendo la literatura española en el mismo pozo que el cine español: un subproducto endogámico que se copula a sí mismo para producir engendros todavía más genéticamente corruptos en cada generación.

¿Conseguirá arreglarlo el Partido Popular?