El siguiente documento fue obtenido en la sala de rodajes de una conocida empresa productora de pañales. Se nos ha dicho que los devoradores de potitos, entre filmación y filmación, dedicaban su tiempo a leer obras de arte literarias, topando a veces con uno de esos productos fabricados en España, que los medios de comunicación, por designar a catetos para los cargos, no son capaces de distinguir de obras de arte literarias.
Según parece, en una de las filmaciones consta un gazapo que dejó boquiabiertos y ojopláticos a los cámaras y el director:
Nivola, nivola,
nos venden nivolas.
Nos dicen que buenas:
¡no saben ni jota!
Nivola, nivola,
qué churro de artistas...
¡Nivola, nivola,
nivola, nivola,
nivola, nivola!
Naturalmente, los veinte bebés fueron detenidos por terrorismo.
Cuánta razón.
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