Quienes hayan leído el número 147 de la revista Qué Leer, de octubre de este año, habrán contemplado la portada (“Nocilla y postpoesía”) dedicada a Agustín Fernández Mallo, con motivo del lanzamiento de su obra Nocilla Lab. Resulta llamativo el hecho de que a este autor cuasinovel de cuarenta y dos años, perteneciente a la escudería Alfaguara (Grupo PRISA) se le dediquen portadas que igualmente son dedicadas a personajes internacionales como Dan Brown. Aunque no es novedad que el Grupo PRISA nos quiera vender sus caballos como sublimes (recuérdese al soporífero Javier Marías o al matasiete Pérez Reverte).
En su interior, cuando el lector se topa con: «El arte [...] es el triunfo del hombre sobre la Naturaleza», comprende que hay que explicar al entrevistador que la palabra naturaleza se escribe con minúscula y se da cuenta que, para Mallo, el arte se inventó con la caza del mamut.
Todavía «profundiza»: «El agua caía por gravedad y un día un tío hizo que subiera e inventó la fuente. Aquí está el origen del arte». No, Mallo, ahí está el origen de la dinámica de fluidos. El origen del arte, como cualquier estudiante de instituto sabe, se encuentra en las pinturas rupestres y los monumentos megalíticos, no en el primer hombre que miccionó en parábola.
Queda saber por qué lo trascendente es, para él, «supuestamente» trascendente, o dicho de otro modo, por qué El juego de los abalorios, de Hermann Hesse, tendría en su mente la misma importancia que un chiste de Lepe.
Cualquier lector espabilado advertirá que es precisamente por esto que lo trascendente pasa de pronto a ser «supuestamente trascendente». Es un incomprendido el incomprendedor Mallo.
-Leer NO es el último lujo que queda de ninguna civilización. También están las corridas de toros.
-Determinar la latitud y la longitud de la lectura resulta complejo.
-Mallo no sabe qué significa ‘pijo’, pero cree saberlo.
-Las lecturas de Mallo no han generado nada en su mente, ni le han conducido a nada. Ergo, o éstas son muy deficientes, o lo ha sido su cerebro al procesarlas.
-La obra de Mallo es pija, no conduce a nada y no genera nada, salvo quizá, ingresos procedentes de bolsillos incautos.