Se escucha estos días en la Cadena SER (Grupo PRISA) la afirmación publicitaria de lo placentero que es leer la última obra de Bernardo Atxaga,
Siete casas en Francia, editada por Alfaguara (Grupo PRISA). No cabe duda de que el libro de Atxaga obtendrá excelentes críticas en los medios de PRISA, puesto que los críticos no desean ser catapultados fuera de su trabajo, dejando de cobrar su sueldo.
Esto fue
lo que le sucedió a Ignacio Etxeverría, quien, habiendo criticado libremente El hijo del acordeonista, de Bernardo Atxaga, publicado por Alfaguara (Grupo PRISA), encontró calificadas sus críticas como
“críticas de destrucción masiva”, viendo puesta en duda su permanencia como colaborador del suplemento Babelia, del diario El País (Grupo PRISA), y observó también cómo no era aceptado un trabajo suyo posterior. Esta es
la carta que le escribió a Lluis Basset.
Contra estas acciones del periódico El País (antes independiente, hoy corporativo) firmaron
un manifiesto decenas de personas del mundo de la cultura:
“Por la presente, algunos críticos, redactores, lectores y colaboradores de El País queremos expresar nuestra preocupación por el daño que ha sufrido la credibilidad del periódico a raíz de la carta abierta que, el crítico de Babelia y colaborador de la sección de cultura del diario, Ignacio Echevarría dirigió, el pasado nueve de diciembre, a Lluís Bassets, director adjunto de El País, en la que se denunciaba la represalia y la censura de las que ha sido objeto por ejercer la crítica literaria tal y como venía haciéndolo desde hace catorce años en esas mismas páginas. Igualmente, queremos manifestar nuestra preocupación por la posibilidad del futuro ejercicio libre de la crítica en las páginas de El País.”
A día de hoy, seguimos confiando en las críticas de Babelia para conocer futuras estrellas creadas (y bestselleradas) por el Grupo PRISA.