sábado, 26 de marzo de 2011

Tusquets: «escribiremos una excelente novela».

Llaman la atención estas declaraciones de Willy Uribe en su blog, hablando de un encuentro con alguien de Tusquets:

«Cuadrante Las Planas no funciona, me dijo, de aperitivo. No al menos como ellos esperaban. Y que eran conscientes de lo arriesgado de la apuesta, como si Cuadrante Las Planas no hubiera sido la decisión libre de un jurado independiente y de prestigio».

Ah, el Premio Tusquets también, piensa el lector.

«Hablamos un poco de la novela que estoy escribiendo. Le comenté lo que sé del argumento y esbocé algunos personajes. Pareció mostrar algo de interés, pero sus comentarios dispararon las alarmas; tenemos que hacer una novela más pausada, más sosegada; debemos relajar el ritmo respecto a novelas anteriores, buscar el equilibrio; escribiremos una excelente novela. Un plural aterrador».

Ah, que así se escriben las novelas de Tusquets, piensa el lector.

Claro, ¡cómo los lectores son unos gilipuertas y siempre quieren el mismo babero y la misma papilla!

¿Verdad, Tusquets?

¿Verdad que los lectores son unos gilipuertas?

viernes, 18 de marzo de 2011

El método de marketing «perfecto mierda» de Arturo Pérez Reverte.

Esto es lo que pasa cuando a un abuelete le abren una cuenta en Twitter:

«Por cierto, que no se me olvide. Vi llorar a Moratinos. Ni para irse tuvo huevos».

...que se le escapa la dentadura postiza.

Tal garrulada teclea quien se finge caballero y eructa despeinando a la gente.

El cabeciduro Pérez, con su culete al aire, pretendió defender su hombría mediática balbuceando tonterías sobre que él no es machista (lo dice tres veces al día y cuatro por la noche) y que no se puede llorar en público (porque luego él no sabe cómo reaccionar).

Entonces llegó Internet:
-Pérez-Reverte escribió en una servilleta de papel todo Internet en una tarde.
-Gibraltar no es español porque Pérez Reverte no tiene tiempo para tonterías.
-Pérez Reverte no escribe sus libros, sus libros se escriben solos y le ponen de autor porque le tienen miedo.
-Los dinosaurios miraron mal a Pérez Reverte una vez. Sólo una vez.
-Cuando Fraga se bañó en Palomares Pérez Reverte ya se paseaba en bolas por Hiroshima.

Y Pérez, continuamente golpeado en sus patrióticos testículos, se vio obligado a berrear alaridos sobre lo mucho que le gustaba:

Internauta 1: Toma (Le da una patada en los ovales).
Pérez: ¡Síii, me gusta!
Internauta 2: Toma (Le da una patada en los ovales).
Pérez: ¡Tenía que haberlo hecho antes! ¡Cómo me gusta!
Internauta 3: Toma (Le da una patada en los ovales).
Pérez: ¡Más fuerte! ¡Que, si no, no siento nada!
Internauta 4: Toma (Le da una patada en los ovales más fuerte).
Pérez: ¡Oh, síiiiiiiiii!
Internauta 5: Toma, toma, toma (Le da tres patadas en los ovales).
Pérez: ¡Síii! ¡Síii! ¡Síii!

La fama mediática es como un pene erecto: suele arrugarse pronto. Pérez quedó segundo frente a un bestseller de novata: El tiempo entre costuras, de María Dueñas. De ahí su streaking por Internet.

Este gráfico muestra cómo progresa la acción Pérez Reverte y su ámbito de influencia (que sólo es España):



En efecto: se va a tomar por culo. Y ni siquiera insultando a un exministro alcanza la cota de mediados del 2007.

Este post está escrito por solidaridad con Pérez, para que sepa que alguien todavía piensa en él.

Hasta nuestros políticos lo reprobaron en el Congreso, salvo los cobardicas del Partido Popular que sólo dijeron respetar la libertad de opinión, amparando con ello estas burradas de taberna. Hasta que se lo llamen a ellos.

Ciertos diarios y sujetos afirman que esto supone publicidad gratuita para Pérez. Pues vaya truño de publicidad: todo Internet descojonándose de él. Pero, claro, ¡eso es lo que quería Pérez! ¡Que todo el mundo se descojonara de él! No es que sea así de bruto y le haya salido el tiro por la culata.

Pérez, genio del márketing, no sabe que el 27% de las pérdidas de clientes se producen por los comentarios en Internet. Por eso ha utilizado este método. ¡Pérez!, ¡publica pronto una novela, antes de que nos olvidemos!

Incluso, como Pérez ha participado en conversaciones sobre redes sociales (bajo pago, como ha de ser evidente), podemos pensar que Pérez perpetró esta gañanada para publicitar Twitter. La Cadena SER, del Grupo PRISA, que publica -Alfaguara mediante- a Pérez, también nos quiso meter Twitter por las orejas. Como El País nos quiso meter Second Life por los ojos; y también Rosa Montero, que lo entremetió en un libro publicado por Alfaguara, con el pretencioso título de Instrucciones para salvar el mundo, y que no digo por donde nos lo quiso meter.

El método Pérez Reverte de marketing.

jueves, 10 de marzo de 2011

El talentudo Arturo Pérez Reverte.

Es la tercera vez (El secreto talento de Pérez Reverte, Perlas pereznas) que hablo sobre esta entrevista, pero es que las chorradas que emite Arturo Pérez Reverte son como una cebolla: quitas una capa y debajo hay otra:

«El novelista, si tiene talento, ha de ocultarlo. Y justamente el error del novelista es cuando no lo oculta.»

Conclusiones:

-Un novelista que careciese de talento -como, por ejemplo, Arturo Pérez Reverte-, podría afirmar cínicamente que, en realidad, lo está ocultando.

-Un novelista dotado de talento bajo ningún concepto debería dejar que éste se trasluciera en sus novelas, lo que podría lograr dejando de utilizarlo y de ejercitarlo.

-Una novela no puede mostrar el talento de su autor, sino que debe ocultarlo, por ejemplo tras una gruesa capa de incompetencia e indigencia narrativa o, cuando menos, de un buen untamiento de simpleza y frivolidad.

-Corolario: descartada la muestra de todo talento, un novelista mediocre no se diferenciaría en nada de un novelista dotado de talento, sentado lo cual, Pérez podría respirar tranquilo.

miércoles, 2 de marzo de 2011

Epigrama a los críticos caraculos.

Los críticos caraculos
sólo cuentan argumentos:
«pasa esto, eso, aquello».
¡Y se quedan tan contentos!

«¡Es que si no nos despiden!»,
nos lloriquean los caguetas.
«Pues dimitid con honor,
y no hagáis más la puñeta».

Son habitantes de un búnker,
no saben de bueno y malo,
y, asalariados cobardes,
repiten lo que sus amos.