viernes, 28 de junio de 2013

El experto Arturo Pérez Reverte se pronuncia sobre el cunnilingus y el cáncer de garganta.

El superdotadísimo autor y devorador de bisectrices, Arturo Pérez Reverte, ha añadido su gota de bálsamo a las declaraciones de Michael Douglas, quien afirmó que su cancer de garganta procedía de su firme dedicación al cunnilingus.

Nuestro amigo Pérez ha salido al paso, tranquilizando a los millones de españoles comedores de chochos, mediante las siguientes declaraciones recogidas por uno de nuestros ninjas:

"No se preocupen ustedes, eso de que te da cáncer de garganta por rechupetear chochetes es una exageración hiperbólica. En realidad la probabilidad de contraer este tipo de cáncer mediante la susodicha alimentación es de una entre cien mil. Es por esto que yo he detenido mi afición a morder chochos tras haber degustado mi coñito número noventa y nueve mil novecientos noventa y nueve. A partir de ahora, lo único que se comerá en mis relaciones sexuales es mi gigantesca polla peluda. ¡Que se preparen las mujeres con su hilo dental! ¡BUA, JA, JA, JA!".

En cualquier caso, de no portar las mujeres su hilo dental cuando acudan a Pérez, estamos seguros de que éste estará encantado de chuparse él mismo su propia polla.

miércoles, 19 de junio de 2013

Agustín Fernández Mallo toma al asalto la pintura y la escultura.

Todo parece indicar que Agustín Fernández Mallo, plagiario fallido y fabricante de chocolates, ha decidido cambiar nuevamente de campo artístico. Nuestro bluf favorito y más breve abandonará la música para tirar piedras al campo de la pintura y, de paso, al de la escultura.

Cómo todo el mundo sabe, en estos campos no se ha hecho nada digno de mención hasta el momento presente, motivo por el cual resultará más fácil laudar las obras de este inútil.

Para abrir boca, he aquí un par de opúsculos obrados por el muñeco hinchable del Grupo PRISA.

Le couple. (Macaron au legume).


Trois hérissons. (Macaron avec pâte à modeler).


lunes, 10 de junio de 2013

Los libreros hacen el capullo (de nuevo).

Se abre el telón. Aparece un librero pecholobo atándose el cordón de un zapato -sus músculos se tersan al son de sus movimientos-, clavando el cuchillo en su funda de tobillo -como diría Pérez Reverte: ¡cling!- y anudándose una cinta en la frente. Primer plano a la cara de chulo. ¿Cómo se llama la película?

Un capullo va a quebrar.

La gilipollez es tan grande como que un grupo de libreros denunciará a Amazon por aplicar un cheque regalo de cinco euros al descuento del diez por ciento existente. ¡Bellacos! ¡Benefician al cliente y no lo joden! No habrá paz para los malvados.

Supongo que en Amazon están temblando de miedo y tienen diarreas de pánico. Igual que en la Casa Blanca: parece que Barack Obama se ha cortado su polla negroide y se la ha enviado como tributo a los libreros españoles, los cuales, halagados por tan suculento manjar, lo han rodajeado y degustado cual rica morcilla frita.

“Si el asunto llega a juicio y ganamos, lo que esperamos es que el Ministerio de Cultura del ministro Wert imponga un fuerte multa a Amazon y pague”, han asegurado desde CEGAL.

Pero, vamos a ver, si lo ganáis, ¿para qué coño va a hacer nada Wert? ¿No pone las multas el juez o qué? A ver si ahora Wert, además de indultar, también va a condenar según le apetezca. Pero ¿qué coño os habéis creído que es esto?

Otrosí: Ya el año pasado, los libreros anunciaron una demanda por el mismo motivo, si bien no se llevó a cabo por razones presupuestarias por parte del gremio.

Atención: dos días y lo retiran.

Por si no tuvieran los españoles bastante con la estúpida ley de precio fijo, con la que se pretende proteger a estos empresarios leprosos, también tienen que aguantar gilipolleces como el que se denuncie un puto descuento. Todo esto mientras la gente compra sus libros por Internet al extranjero o se los baja directamente porque le toman el pelo con los precios.

Últimas noticias: todo parece indicar que el gran monolito cilíndrico, tomado por los libreros como el gran miembro viril de Obama, no es en realidad sino un cuajarón de proporciones gigánticas, no se sabe si negroide o blancoide. Se sospecha que se trata de una broma de buen gusto ideada por el Pentágono. Los libreros, sin embargo, siguen afirmando haber degustado la castración del origen de todos los males y ya están haciendo planes para instalarse en la oficinas de Amazon, que seguro que cierra mañana.