jueves, 25 de marzo de 2010

Jacques Brenner y la corrupción literaria en Francia.

Son quizá estos hechos ya conocidos por el navegante, pero igualmente han de ser reseñados. Se trata de citas literales reproducidas en varios medios (Una temporada en el infierno, El Norte de Castilla, La columna del búho).

«La publicación del diario póstumo de un influyente crítico, novelista y consejero editorial, Jacques Brenner, deja al descubierto un paisaje de jurados venales, editores corrompidos, escritores vendidos, prensa comparsa, con pavoroso lujo de detalles.»

«En vida, Jacques Brenner (1922-2001) fue el arquetipo del escritor de éxito local, premiado el mismo por la Academia, consejero en varias de las más grandes editoriales, crítico adulado, influyente jurado así mismo. Publicó media docena de novelas reeditadas sin cesar. Sus críticas en la prensa más influyente se reeditaron incluso en libro de bolsillo. Varios de sus ensayos siguen reeditándose desde hace años.»

«El director de la editorial donde él mismo trabaja, a sueldo, le anuncia la llamada de un escritor que está dispuesto a regalarle un perro de raza (a Brenner le encantaban los perros) y se dispone a invitarlo a un restaurante de lujo para conocer sus gustos íntimos. El mismo editor le anuncia que le regalará un coche deportivo de lujo, recordándole, al mismo tiempo, que “no olvides que mi favorito es..”. Otro editor lo llama para anunciarle que fulano ganará tal premio, ya que fulano ha recibido un anticipo de tantos millones que es necesario amortizar. El director administrativo de tal editorial lo llama: andan mal de pasta, y el favor de votar por fulano podría pagarse con la reedición en bolsillo de sus críticas literarias, con un anticipo millonario.»

«Yves Berger, su editor, le confiesa a Brenner: “Antoine Gallimard me ha llamado. Se ha sellado un acuerdo entre Gallimard y Grasset. Los jurados Gallimard votarán Grasset para el Goncourt, y los jurados Grasset votarán Gallimard para el Renaudot”.»

«Detrás de tal acuerdo, en la sombra, había en juego ediciones millonarias, jurados venales y centenares de millones de francos, o euros. “Un premio nos sacaría de apuros”, le confiesa a Brenner un editor poco afortunado, pidiendo una limosna.»

Ya en uno de los enlaces reseñados se pregunta quién sería capaz de escribir sobre la corrupción de la industria cultural española. Iré apenas un poco más allá, pues resulta forzosa la comparación agraviativa: si a tal grado llega la corrupción en la industria cultural francesa, ¿a cuál no llegará la industria cultural española?

martes, 16 de marzo de 2010

Hablar con el rabo, crítica acompasada de El habla de un bravo del siglo XVII, discurso de ingreso a la Real Academia Española de Arturo Pérez Reverte

El navegante podrá encontrar aquí el discurso criticado.

Primer párrafo: Afirma Pérez que el ingreso en la academia es codiciado pero que él no lo codicia.

Segundo párrafo: Pérez entona un mea culpa por ser él ingresado en la academia en lugar de otros admirados suyos. ¡Pobre Pérez!, ¡pues haber dicho que no! ¡Que no era obligatorio!

Tercer párrafo: Alaba Pérez a su predecesor como letra T y, por su alabanza («Doctor honoris causa de 25 universidades, adelantado en el estudio del español del sur de los Estados Unidos y en el análisis de la sociolingüística al estudiar el español de las Canarias, el hondo saber de aquel maestro indiscutible de la dialectología española abarcó historia de la lengua, sociolingüística, toponimia, literatura contemporánea, literatura medieval, cronistas de Indias, fonética, poesía popular, lengua y literatura sefardí, y culminó en la titánica obra de los atlas lingüísticos, donde trazó la casi totalidad de la geografía del español»), nos muestra el abismo que se abre entre ambos académicos.

Cuatro párrafo: Define su Alatriste como «serie de novelas históricas» y habla de «El trabajo de ambientación histórica y el necesario rigor del lenguaje», refiriéndose a su costumbre de embutir, en sus mal llamadas novelas, citas, sonetos y digresiones antinovelísticas, y su porfía en colar toda la terminología que sea posible, convenga o no al relato o a la narración.

Quinto párrafo: Primeros versos que cuela.

domingo, 7 de marzo de 2010

Javier Marías y la senda de los sendos.

Obsérvese el uso que hace el académico Javier Marías de nuestro estupendo adjetivo distributivo:

Corazón tan blanco (Javier Marías), pág.188:
“Aún se entretuvo en la sección viril, ahora probó dos aromas en el envés de sus sendas manos, pronto no le quedarían zonas incontaminadas por los perfumes dispares”.

Acúdase luego al diccionario panhispánico de dudas, en busca de iluminación sobre sendos:

"2. No debe emplearse como equivalente de dos o ambos, sin valor distributivo: Han robado en la farmacia y en el estanco, y parece que sendos atracos los cometió la misma persona."