miércoles, 17 de octubre de 2012

Lorenzo Silva firma su sentencia de muerte literaria mediante el Premio Planeta.


"Aceptar un premio de encargo es un suicidio estúpido para un escritor". (Lorenzo Silva).

Ya fue predicho en este mismo blog hace tiempo, reproduzco la imagen actualizada:


Habiendo ganado el Premio Nadal (más su segundo puesto) y el Premio Primavera, la guinda de cabra que corona este pastel de mierda solo puede ser el Premio Planeta. Las carreras corrupto-premiosas que amaña el Grupo Planeta acaban casi siempre en él. Y con él.

¡Otros periódicos se adelantaron!

Esto era lógico, puesto que Lorencito llevaba un tiempo trabajándose el premio imitando las declaraciones estúpidas sobre piratería que suele eructar José Manuel Lara después de cada gaseosa comida. Sus mentiras estúpidas se han visto premiadas, exhibiendo el auténtico precio del Premio Planeta: una sumisión más propia de prostitutas que de autores de obras literarias.

Con gracia y elegancia, Lorenzo Silva, quien dijo que España es un país de tramposos, vuelve a darse un golpe en los dientes. ¿Quién es el tramposo ahora? (Una pista: es él).

Lorenzo Silva pasa así a formar parte del harén particular de José Manuel Lara, un círculo de escritores fracasados que acaban montando empresas, siendo traductores y ofreciéndose para alternar con lectores en la noche. ¡Glups!

Aquí termina la lucha de un hombre por ¿no? ser un corrupto.

Requiem aeternam dona ei Domine.
Et lux perpetua luceat ei.
Requiescat in pace.
Et por el culus proporquionalem vergam.
Amen.