Es falso que en las novelas de Arturo Pérez Reverte exista ilación más allá de la conformada por los números de página.
Completamente falso que haya duda alguna sobre la honradez del Premio Planeta.
Es falso de toda falsedad que la mayoría de españoles no lean libros porque no les guste la buena literatura.
Falso que Arturo Pérez Reverte, como alarde de patriotismo testicular, tinte sus gandumbas de rojo y su alabarda de gualda.
Falso que el lector estafado -en su tiempo o en su bolsillo- deba callar la mediocridad de las obras con las que se le ha perjudicado.
Es muy falso que Almudena Grandes considere graciosos sus chistes sobre violaciones de monjas.
No es cierto que, durante la última feria de San Isidro, el aforo al completo de la Plaza de las Ventas rompiera a cantar “Aaaaaay, Pérez Reeeverteeeee, si no sabes novelar pa’que te meeeteeeees”, ante el pasmo de un morlaco.
Inexacto que todos los correctores de Javier Marías hayan cometido suicidio.
Falso por completo el que Fernando Savater vaya a recibir el Premio Nobel de Ética.
Del todo falso el que algún bodrio Alatristero vaya a sobrevivir tres años a la muerte de su autor.
Es incorrecto que los pobres editores estén tan perdidos y desorientados que ya sólo se les ocurra publicar y premiar a periodistas, locutores, presentadores y otros cargos mediáticos: muchos lo están incluso más.
Falso que a Juan Manuel de Prada le sirviera de algo el ganar el Planeta, cuando con ello perdió su alma.
Falso de toda falsedad que Almudena Grandes sea capaz de dividir un millón entre otro millón, obteniendo un tercer millón equivalente a los dos citados.
Es completamente falso que Arturo Pérez Reverte haya sido detenido por los cazafantasmas.
Yo creo que Arturo Pérez Reverte es pariente cercano de Cásper.
ResponderEliminarUn detalle tan sólo, "hilar", como le acabo de poner, es con -h-. Sólo eso.
ResponderEliminar¿De veras que todo eso es falso?
ResponderEliminarPues yo sé de buen toner que algunos de estos hechos que se desmienten son ciertos
ResponderEliminar¡Pero ilación no, Lucio!
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