miércoles, 22 de septiembre de 2010

Pozuelo Yvancos: «Ningún crítico, ni Bloom, puede fijar un canon; esa es tarea de la Historia».


-¿Vamos a más o a menos literariamente, profesor Pozuelo?
-Vamos a otro sitio que en los años 80 ó 90. Si se mira en términos de variedad, es indudable que vamos a más. La narrativa española exhibe un territorio muy ampliado.

O, lo que es lo mismo, como no se atreve a evaluar en términos de calidad, se inventa esta gilichorrada de la variedad. La nueva narrativa española exhibe un territorio muy ampliado: hay caca de perro, caca de vaca, caca de caballo y caca de ballena. Pozuelo Yvancos es un crítico literario para el cual la calidad, por motivos obvios, es un tabú.

-Sostiene usted que es compleja la canonización artística. ¿Por qué no le gusta el canon?
-El canon es un término del que se abusa. He escrito un libro sobre ese concepto en literatura y por eso, por ser un hecho muy complejo, me gusta deslindarlo del gusto personal. Ningún crítico, ni siquiera Harold Bloom, puede establecer un canon, porque esa es tarea de la Historia. Cuando uno repasa el canon de cualquier época ve que no coincide casi nunca con lo que actualmente valoramos de ella.

¿Y quién es ese ente mágico de la Historia? ¿A través de qué o quién se manifiesta en lo literario?¿No será a través de los críticos y profesores relacionados con el asunto? ¿O pretende Pozuelo Yvancos que lo que es bueno y malo en literatura se constituye mágicamente, sin que nadie lo investigue, lo discuta o hable de ello, y se cuela en los libros de historia mientras los críticos duermen? No, ¡si será como el Ratoncito Pérez!

Harold Bloom, en su canon, ha hablado de obras de todos los tiempos. Y esas obras han sobrevivido por uno u otro motivo, y por ello conforman el canon, no son un invento de ningún malvado erudito comeniños -como pensaría Zafón-. Son la selección de lo mejor que ha dado el intelecto de la raza humana.

Está claro que Pozuelo Yvancos no es Harold Bloom, así que no le queda otro remedio que decir que lo que él mismo no es capaz de hacer es algo que tampoco nadie puede intentar.


2 comentarios:

  1. Seguramente les gustaría a muchos que el canon lo establecieran las ventas, pero afortunadamente aún se conserva cierto pudor y sensatez

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  2. Cuando lo he leído, he recordado las críticas de Tolstoi a Shakespeare, que a su vez fueron respondidas por George Orwell en Lear, Tolstoy and the Fool. También he recordado las célebres disputas entre los estilos literarios; y las diversas interpretaciones que la crítica, a lo largo de los siglos, ha visto en los clásicos, como se insinúa en la declaración.

    Por eso, me parece que lo que Pozuelo Yvancos ha querido decir (o quizás sea lo que yo quiero entender) es que el canon no puede ser establecido por un solo crítico, porque su juicio puede estar influido por criterios subjetivos. No es una novedad, pues de hecho ocurre en cualquier actividad humana donde pueda haber crítica.

    Claro que lo echa a perder cuando menta a la Historia (con mayúscula inicial). Los cánones de ahora son también el juicio de los eruditos de la época más reciente. Individualmente, habrá prejuicios y manías incomprensibles, como SuperSanti comentaba en la entrada de Mendoza contra Kafka, pero son superadas por la evaluación global.

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