Leído en Desde la ciudad sin cines, cuatro verdades sobre la nocillada y Agustín Fernández Mallo:
"El mercado lo suelo hacer periódicamente (yo soy profe de eso, también pasé por la facultad de físicas): un estudio de mercado para ver qué segmento de público no tiene el producto que necesita. El resultado del estudio es el siguiente: existen veinteañeros o treintañeros que habitualmente no leen, les gustan las películas, los videojuegos, la ropa, y encontrar novedades dentro de la música pop. Las conclusiones del estudio son: tenemos que captar a este público, y, como hacen ahora los publicistas de la televisión con sus anuncios donde fomentan la nostalgia por la infancia perdida de los treintañeros (los playmovil, el grupo Parchis), F. Mallo con habilidad (esto hay que decirlo) crea un producto para ellos: el concepto nocilla, reconocido por consumidores de música pop, con esa nostalgia infantil de la que hablábamos. El producto no debe de ser demasiado sesudo, o sofisticado, o marginal: se debe deglutir rápido, debe conseguir alguna sonrisa, así se citan a grupos musicales patrios como Astrud, propios de modernos pop, y se elude la introspección filosófica, ¿qué puede hacer sonreír a los treintañeros pop? Uhhmm, pues hombre un buen chiste de pedos no debe sobrar, y ahí va en la página 92".
Y es que este chico es un tiro de fogueo a un nicho de mercado. El problema es que en ese nicho la gente también quiere entretenerse y ser atrapado por una historia, no leer un montón de chorradas de un bluf gafapasto que se mete los Plastidecor por las napias.
*Aplaudo*
ResponderEliminarHola Lector Iracundo:
ResponderEliminarMe alegro de que interesa mi comentario al libro de Mallo, aunque en cierto modo esta es una entrada que me genera un conflicto personal: creo que ha sido mi entrada en el blog más leída y comentada, y me apena pensar que a los lectores les interesa más eso que encontrar propuestas positivas sobre libros que sí les podría gustar leer (que son el 90% de mis entradas)
Creo también que si escribí aquello en su momento fue porque el discurso de Mallo y los afterpop se me hacía arrogante: ya no merece la pena leer libros escritos con una estructura tradicional sino que esto, lo nuestro, es lo apropiado para un lector de la era internet, y ese pensamiento yo lo sentía como un discurso vacío que atentaba contra mi sensibilidad de lector, teniendo en cuenta que un lector serio actual puede perfectamente disfrutar de la hondura de una obra de Flaubert o de una novela de Richard Ford o de cualquier escritor moderno que escriba sobre su entorno con honestidad y talento.
Espero que encuentres muchos libros que te hagan disfrutar.
saludos
David
Hola Lector Iracundo:
ResponderEliminarDisculpa, dejé un comentario en esta entrada, que habla de un texto mío, y la verdad es que me extraña que no se haya publicado. Así que estoy pensando si lo que ocurrió es que no se grabó o no lo pudiste leer, para que me lo comentes y vuelvo a escribir ese comentario u otro parecido.
saludos
David: Es una verdad que se muchos callan y por eso la gente lo aprecia.
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