Se ha detectado en las inmediaciones de este blog la presencia de un sujeto deseable en un grado cuasinulo. Según se cuenta, trátase del fruto eclosionado de uno de los ovoides hace un tiempo depuestos por Arturo Pérez Reverte.
El tal sujeto creció en soledad, con la única lectura de una recopilación de columnas de Pérez, la asimilación de cuyo contenido lo convirtió en un ser frívolo, maleducado y sin esperanza, dando como resultado el que su torturada mente se desarrollara en un entorno sin amigos e incluso sin enemigos.
Perdiendo su inocencia durante una partida de futbolín, el monorquídico sujeto acostumbra a proyectar su impotencia espiritual sobre toda entidad que le patentice la inferioridad testicular que lo caracteriza.
Sus tabernarias incursiones consisten en la comunicación de invenciones e incoherencias que son el producto natural de su mente afectada. Devenido en trol, responde al nombre de Timmy, el cual proyecta igualmente en sus adversarios (es decir, en las personas que se sitúan delante de él), tratando así erróneamente de derrotarse a sí mismo, pero incapaz de someter su «lado Pérez», como sí hacen los seres humanos que superan su pubertad y su adolescencia.
El Timmytrol no es peligroso, aunque padece la afección de una potente halitosis.
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