miércoles, 12 de diciembre de 2012

Arturo Pérez Reverte ofrece clases de urbanidad, moral y retórica.

Pues sí, señores, en esta época oscura en la que reina el garrulerío nuestro querido superhombre hispano ha vuelto a inflamar sus potencias para deleitarnos:

"Asombra la bajeza moral e intelectual de nuestra clase política. Su indigencia retórica. Escucharlos en la radio. Verlos en los telediarios".

"Se insultan, pero ni para eso valen. Catetos sin urbanidad, groseros, ignorantes de la más elemental sintaxis. Burda simpleza de conceptos".

"Estamos regidos por analfabetos con escaño, rediós. Gentuza sin criterio, educación ni cultura, a la que le encanta pavonearse bajo palio".

¡El lector se enardece! Nuestro faro de la divinidad hispana vuelve a alumbrar el camino. ¡Todavía queda esa pequeña aldea de irreductibles galos, aunque sólo sea un galo y además sea español! Cuando de pronto...

¿Enganchadas? Vd. lo sobrevalora.Anasagasti no tiene media hostia.Nunca me dirigí directamente a ese individuo.

¿Cómo que med...? ¿Qué? ¡Pero bueno! ¿Será esto un descuello de la indigencia retórica? ¿Una potencia urbana? ¿Un enorme educación y cultura?

¡Carambita! ¡Si es que Pérez le encanta pavonearse bajo palio mientras señala a los otros palios! ¡Temblad, garrulos del mundo, pues llegada es vuestra competencia! Lo que no sé es si su forma sagrada será completa o fraccionaria.

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