¡Tiembla taquilla americana! ¡Aquí llega la nueva superproducción española!
Perezus, aclamado centurión escriba del Imperio PRISANO, dedica su exigua fuerza a copiar manuscritos hasta con seis miembros de su cuerpo. Por si ello fuera poco, cada día de Júpiter distribuye tablillas de cera repletas de exabruptos que asigna al tuntún, y unos tostones que él llama “novelus” y que dice que son para que se fastidie el “lectorum”.
Un día muy puto, Perezus es acusado de plagius máximus, el peor delitum que puede cometer un centurión escriba:
-¡Pero si sólo hay setenta y siete coincidenciums! –exclama Perezus.
Perezus es condenado a galeras, donde entabla amistad con atractivos nubios musculosos.
Sin embargo Perezus conoce la verdad: ¡los tribunos están en su contra y le han tendido una emboscada! Probablemente alguien ubicó aposta aquel manuscriptum en su pila de “librus a copiar” y él ha caído en la trampa. ¡Canis vitae!
Mientras rema, Perezus se pregunta por qué al copiar no se habría limitado a setenta y seis coincidencias.
Pero, por un golpe de suerte, su galera se va a pique y acaba como gladiador en el Coliseo romano, donde lo echarán a los fieras, y peleará con sus manos desnudas contra animales salvajes, para ser finalmente devorado por una ardilla.
¡Qué muerte tan roída para un tal valiente!
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