miércoles, 2 de diciembre de 2009

Neoprada el rompematrices.

Juan Manuel de Prada fue en su momento aupado mediáticamente por Arturo Pérez Reverte, gracias a uno de los tropezones que integraban la rencorosa vomitona semanal de Pérez, en la que también se tildaba a Francisco Umbral de «gilipollas».

La puerta se abre, entran dos policías: un hombre de espaldas teclea. El hombre se vuelve, patea su silla y noquea a uno de ellos. Después se eleva posando en el aire, cuya gruya flotante, marcando su traje de cuero ajustado. La cámara gira en torno a él, captando su pose, justo antes de que patee al otro policía. Entretanto, un espontáneo le birla el portátil.

Neoprada nos habla, oteando en derredor:
-El Matrix progre nos rodea, nos envuelve, es el aire que respiramos, la pitanza que nos jalamos, el cuesco que nos tiramos...
De pronto se gira y, ¡BLAM!, dispara su escopeta reventando un gato que pasaba por allí.
-A veces son ellos –explica.

Neoprada pímplase un lingotazo de sangre de Cristo. «Padecemos una plaga bíblica fruto de la idolatría del dinero», continúa. Neoprada predicó ya contra esta idolatría del dinero con su propio ejemplo, al recibir el Premio Planeta, arrimando en pompa su nalgatorio hacia José Manuel Lara, quien le inoculó su semilla de corrupción.

«Es el castigo no que inflinge Dios a los hombres, sino que los hombres se infligen a sí mismos cuando deciden instaurar falsos paraísos terrenales», dice restregando manojos de billetes de cien euros contra su cuerpo sudoroso, con afán penitente.

El profeta Neoprada alumbra así nuestro camino, para que podamos dar media vuelta y echar a correr en dirección contraria.

(Neoprada coge el teléfono de una cabina y marca con decisión).
-Progretilla, voy a correrte a cipotazos.
-Telefónica le informa que el número marcado no existe.
(Neoprada cuelga).
(Música de Marilyn Manson. Vista cenital: Neoprada emprende el vuelo y se parte la crisma contra la cámara).

1 comentario:

  1. Reconozco que yo soporto cada vez menos a los progres de carril, pero tampoco aguanto a estos nuevos evangelizadores y catecumenistas del retorno a los valores trdicionales, dicen mientras se forran.

    Así que, para no enfadarme, prefiero no hcer caso ni a unos ni a otros, y al Prada mucho menos

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