miércoles, 16 de febrero de 2011

Crítica acompasada de un debate sobre los premios literarios en TVE.

En este debate participan Fernando Rodríguez Lafuente (subdirector de ABC y director de ABC Cultural), Nativel Preciado (ganadora del Premio Primavera y finalista del Premio Planeta), Miguel García Posada (jurado y ¿crítico literario?), Winston Manrique (coordinador de la sección de libros y literatura de Babelia). El espectador se frota las manos, ¡aquí van a rodar cabezas! ¡Al fin se habla de los corruptos premios literarios!

Debate: Los Premios Literarios




3:00: Lafuente quiere hacer una gracia a cuenta de Bienvenido Mister Marshall. ¡Cómo se nota que la traía preparada! Sólo le ha faltado sacar la tarjeta.

4:40: Nativel habla de un premio selecto que está bien tratado. Nati: o dices que es el Nobel, o vamos a pensar que le haces la rosca al Premio Planeta.

5:10: Nativel suelta que los premios son «una buena manera de fomentar la lectura». No se crean premios para fomentar la lectura, Nati, se crean para vender libros. ¿Pretendes vendernos una operación comercial como si fuese una campaña de culturización? ¡Pues no es lo mismo!

5:30: García Posada chorrea lugares comunes: «los premios pueden ser mejores o peores», «en esta vida, ¿qué es lo perfecto?». Y el más falso y gilipuertas lugar común de todos: «en esta vida todo es relativo». ¡Pero hombre! ¿No te das cuenta de que esa es una afirmación absoluta? Por cierto, un mensajito de parte de George Orwell: dos más dos son cuatro. ¡Sorpresa!
Otro lugar común: «cosas buenas, regulares, peores... la vida es así».

6:45: Manrique: «las editoriales son las que son». Pues podía haber sido un poco más concreto... ¿Cuáles y cómo son?

9:30: Lafuente vuelve al embaucamiento de que los premios son campañas de lectura. Pone el ejemplo de Peñaranda de Bracamonte, en Salamanca, donde todo el mundo lee mucho en relación a Europa. En Peñaranda de Bracamonte se lee mucho dice, ergo... ¿los premios literarios son buenos?; no: es gracias a la fundación Germán Sánchez Ruipérez, y lo dice él mismo. ¿Por qué sólo citas este pueblo como puntal de lectura, Lafuente? ¿No habrá algún otro en España? ¿No habrá pueblos en los que estén cansados de premios corruptos que se publican para vender, no para leer?

11:00: Manrique dice que el Cervantes debería darse cada dos años y sin cuotas chorras de hoy aquende y mañana allende.

12:00: García Posada no quiere dar nombres en relación al punto anterior. Pues podía haberlo hecho. Luego insinúa un poco más.

12:15: Nativel: «todo es tan relativo...». Salvo lo que no lo es.

12:45: García Posada: «todo eso, ¿hay que ponerlo en cuestión? Pues sí o pues no. Todo depende». Depende de ¡pollas! Hay que ponerlo en cuestión sistemáticamente, ¡hay que bambolearlo y vapulearlo hasta que su reputación esté donde debe estar! ¿Hubo que poner en cuestión a Jesús Gil? ¿Hay que poner en cuestión a Silvio Berlusconi? ¡Sí! ¡Tanto como a los premios literarios corruptos!

13:30: Nativel: «detrás de estos premios de prestigio... hay lobbies». Y, detrás de los premios desprestigiados, ¿qué hay, Nativel? ¿Extraterrestres con cara de boniato? ¡Están el editor y el agente tirando de un maletín con billetes!

14:45: Lafuente: «es evidente y hasta un poco cochambroso». Al escuchar «tenemos un problema, Houston», el espectador se ve obligado a detener el video, porque sus propias carcajadas y rodamientos por el suelo no le dejan prestar la debida atención. ¡Qué ocurrente es este Lafuente! ¡Cómo se nota que está acostumbrado a que le rían los chistes sus alumnos!

16:45: Nativel: «premios comerciales [...] son mucho más cuestionados». ¿Comerciales? Diga usted que se firma un contrato, que están amañados, que algunos ya se están imprimiendo antes del fallo. Lo comercial no es malo, lo malo es la mentira.
Sigue: «cuanto más dinero dan, más esfuerzo hacen por promocionarlo y más se vende».
Dice que «los jurados [...] actúan con bastante libertad». Se refiere a que pueden elegir no ser jurados, ¿no?
Continúa: «se eligen los jurados sabiendo las preferencias de unos y otros». Decir esto es poco, a menos que se refiera a la preferencia de la pasta que van a embutirles en sus bolsillos, previa lectura de la carta con el futuro ganador que reciben ciertos jurados.

18:00: Lafuente: «claro como el agua clara». ¡Este hombre es un poeta!
Sigue: «imagínate que quieres que salga un autor» y cuenta la historia del jurado afín a determinadas obras.
Más: «tu no dices nada a ningún jurado, que sería un poco la cuestión del dirigismo». Esto es falso, como ya he mencionado y como ya denunció Luis María Anson.

El espectador se da cuenta de que, incluso con eufemismos, la corrupción literaria aflora de todo lo que se cuenta.

18:30: Nativel: «a veces no sale». Esto es como decir que a veces el boxeador del tongo no se tira. ¡Pues claro que a veces no se tira! ¡No iba a ser infalible la corrupción!

18:40: Lafuente: «hay jurados incontrolables por la propia composición», pero no dice cuales son.

19:45: Manrique cita el Premio Biblioteca Breve, de Seix Barral, a Guillermo Saccomanno. Dice que ningún editor lo conocía hasta entonces.

20:45: La moderadora habla de que en 2003 se pidió una regulación por parte de un grupo de autores. García Posada afirma que ningún ministro se atreve. Como diría Pérez Reverte, no tienen huevos.

23:00: Nativel afirma que si las obras presentadas a premios fuesen realmente anónimas (se refiere a que el premio no esté amañado y no se sepa quien es) «probablemente cambiaría el índice de lectura». Con esto tengo que estar de acuerdo: sin premios amañados, mejorarían fuertemente los índices de lectura, al no tener que tragarse los lectores a las cuatro reses de siempre, secas desde hace mucho.

24:00: Nativel habla de una fallida ley francesa para forzar el anonimato de los currículos. Compárese con España.

25:00: Otro chiste de Lafuente. No sé si podré soportar un tercero.

25:30: Manrique cita el ejemplo de Miguel Delibes, descubierto por el Premio Nadal (compárese con el Nadal de hoy). Reclama esto de las editoriales. ¿Y cómo lo reclamas? ¿Denuncias los premios corruptos, acaso? ¿Denuncias el Premio Planeta? ¿Denuncias el Premio Primavera? ¿Denuncias el Premio Nadal? No, porque perderías tu puesto de trabajo. Ya sabemos lo que dijeron en Babelia del Premio Nadal al bodrio Maruja Torres, y no fue eso que tú dices.

26:00: García Posada tacha esto último de «intervencionismo». Y es cierto, sería como intervenir contra la corrupción política (algo que no se debe hacer). Pero es que no hay que pedir nada: a Babelia le bastaría con ridiculizar mediáticamente estos premios para que comenzaran a cambiar.

26:45: Citan el triste caso de La conjura de los necios, de John Kennedy Toole, no publicado hasta después del suicidio del autor. Digo en serio al lector de este blog que acuda a su biblioteca y lo lea.

28:45: La moderadora pregunta si hay determinados premios que hasta le puedan quitar prestigio al autor. El espectador abre su bolsa de palomitas.

29:30: Nativel: «si te dan el Planeta, te miran con recelo». Yo no miro con recelo a los adjudicatarios del Premio Planeta, los miro con un desprecio abierto y una profunda repugnancia. ¡Mentirosos! ¡Corruptos!

29:45: La moderadora pregunta «por qué el Planeta ha ido perdiendo ese peso». Nativel, finalista del Planeta, la ataja. ¿Te da vergüenza haber aceptado el corrupto Premio Planeta como segunda, Nativel? ¿Y por qué lo aceptaste? Si te arrepientes, podías hacer acto de contrición.
Otro chiste de Lafuente: «prestigio no sé, pero la pasta...». Nativel: «la pasta es efímera», claro, por eso quedaste finalista del Premio Planeta, porque la pasta es efímera, ¿verdad?. Nativel dice que la primera edición del Planeta, de noventa mil ejemplares «conmueve a cualquiera». Pues a Miguel Delibes no le conmovió tanto. Ni a Sábato. Léase aquí.

30:15: García Posada: «¿y eso es malo?». Lafuente: «no, eso no es nada malo». ¿Ah, no? ¿Ni siquiera teniendo en cuenta TODOS los premios que ahora funcionan así de corruptamente? Estos genios consideran lícito embaucar a los lectores para vender libros, es decir, engañar a tus clientes, a las personas que te pagan. ¿Por qué se venderán pocos libros en España? ¿Por qué se leerá tan poco (menos en Peñaranda de Bracamonte)? ¿Por qué se devuelven tantos libros desde las librerías? ¿Por qué la literatura española se encuentra a un nivel deplorable? ¡Pues porque se está poniendo BASURA en primera fila!
Obsérvese a este cuarteto de valientes (Winston Manrique ni ha abierto la boca) siendo preguntados abiertamente por la moderadora por el decaído prestigio (¡sólo por el prestigio!) del Premio Planeta, y su reacción, casi consistente en esconderse debajo de la mesa o en pulsar el botón de EJECT en sus asientos. Y tampoco es que la moderadora insista, muchas ganas no tenía de preguntar.

31:00: Nativel: «Dudo mucho que el que pretende tener cien mil lectores al cabo de cien años lo consiga». Friedrich Nietzsche, Hermann Hesse, Fiódor Dostoyevski. ¡Chúpate esa!
Lafuente cita a James Joyce y a la otra no se le ocurre más que contestar que «no lo pretendió nunca», «no pretendió nada». «Pasar a la historia de la literatura», le suelta el otro. Señora Nativel: eso lo pretenden TODOS los escritores, y el que dice que no, miente por cobardía, porque piensa que no lo conseguirá. Nativel preciado se demuestra, enfrentada a los grandes, como una rencorosa repleta de envidia. ¡Qué rabia!, ¿eh? Escritores pasando a la historia de la literatura y tú ahí ganando premios corruptos. ¡Jua, ja, ja, ja!

31:15: Manrique habla de «justas literarias»: «si quedas segundo, tienes que estar contento». Otro eufemismo y lugar común. ¿Por qué no abordan directamente la corrupción de los premios literarios?
Contesta Nativel: «tampoco es verdad te lo digo por experiencia». Vamos que el segundo puesto también está amañado, ¿no? (Como el suyo en el Planeta). Ya lo sabíamos.

32:00: Perogrulladas sobre certámenes literarios: sobre el título, el argumento, temas que están de moda... Todo esto es inservible, y es más inútil todavía porque se ha soslayado el tema principal. Una vez se mentado el Premio Planeta, el cuarteto en pleno ha sufrido una desbandada, y muestran cada uno una pareja de extraños bultos gemelos bajo su nuez. ¡Sois más gallinas que Caponata!

35:15: Más paridas: ¿es importante el número de páginas para ganar un certamen literario? Señores: ¿y eso qué importa si el premio está amañado?

35:45: Manrique: «siempre un libro gordo». Como el de Petete.

36:15: Moderadora: «y, para ganar un premio, ¿es importante tener un buen agente?».
Se enciende una sirena roja de alarma sobre la cabeza de Nativel: «lo más importante para ganar un premio es tener una obra premiable», lo que no deja de tener su lógica, puesto que, si la obra fuera impremiable, no podría recibir un premio. Y tú, Nati, ¿te comiste la plata del Premio Planeta con agente o sin él? ¡Qué miedo da que te pregunten estas cosas!, ¿verdad?
Sigue: «no tiene por qué ser la mejor [...] y, sobre todo, mucha suerte». ¿Suerte? ¿Acaso el jurado se juega el premio a los dados o a la petanca? Porque las bases suelen decir otra cosa.
Más: Habla de circunstancias y de que «cae la bolita». Pues va a ser que los jurados de premios literarios meten las novelas en bolitas y luego las bolitas en un bombo. Se trata de un penoso recurso a la suerte como método de negar las responsabilidad de la corrupción. ¡Son las prostitutas las que persiguen a Silvio Berlusconi!, ¡el no tiene la culpa!, ¡es que tiene suerte! La corrupción en los ayuntamientos es parecida: te cae una bolita y ¡catapún! Es un argumento aceptado por jueces: «Ah, que a usted le cayó una bolita. Entonces lo declaro inocente».
Moderadora: «¿cuáles son las condiciones?». Nativel: «No, las condiciones son volubles». ¡Ahora tampoco existen las condiciones! Acabará por no existir el jurado. ¿Qué jurado?
Alguien dice «azarosa» y el cuarteto de cobardes afirma con monosílabos y movimientos de cabeza. ¡Cómo se han acojonado desde lo del Premio Planeta!

37:15: Lafuente critica el Premio Nobel a Obama. Eso sí: que se le acerque alguien por detrás, le grite «¡Premio Planeta!», y se caga en la silla.

37:30: Moderadora: «¿hay verdaderos especialistas en llevarse premios?». Manrique habla de Bolaño (fallecido). ¿Y los comepremios españoles? ¿Y los especialistas en rechupetear el culo de la corrupción? Porque hay una semiplanetaria entre los presentes...

39:30: Nativel dice que le resulta difícil elegir un ganador cuando trabaja de jurado. Suponemos que lo solucionará tomando fibra.

40:15: Nativel: «Todo español tiene una novela posible bajo el brazo». ¡Falso! A veces se trata únicamente de vello en el sobaco.
Sigue diciendo que lo importante es «escribir a doble espacio y por una sola cara», y se ríe de su propia gracia. El espectador se enjuga las lágrimas de tristeza.
Lafuente: «esto es una profesión que tiene unas normas, que tiene una tradición...». ¿Como negociar la concesión de premios corruptos? ¿Cómo hacerte el tonto delante de tu agente cuando te sugiere que te presentes a determinado premio? Luego habla de transpiraciones, sudoraciones, pero no de corrupciones. ¡Cuánto miedo!

41:30: Lafuente cuenta un chiste sobre Blader Runner. Lafuente ve demasiadas películas. El espectador resiste la tentación de arrearle un guantazo al monitor.
Sigue, sobre jurados: «cállate y no defiendas al tuyo, porque como lo defiendas, todos los demás van a por ti». Esto suponiendo que no sea un premio corrupto, pero ¿en qué premio sucede tal cosa? No lo digas, que luego no vuelves, y lo que importa es cobrar.

43:00: Nativel: a cuenta de estas truculencias y bajezas: «por eso el azar es tan importante». No, Nativel, no se está hablando de azar, se está hablando de una corrupción en un grado tal, que ni te atreves a entrar en el fondo del asunto. No es azar lo que te llevó a ser finalista del Premio Planeta. Resulta muy triste ver que ni te atreves a defender la calidad de tu obra finalista y que te tienes que conformar con que salió tu cara en un dado o en una bola de petanca.

43:30: «entonces, ¿no siempre gana el mejor?». Nativel y Manrique a coro: «como en la vida misma». Entonces, ¿quién gana? Porque en las bases de los certámenes dice otra cosa. ¿Gana el mismo que en Marbella?
Manrique: «no te pongas triste si quedas el segundo porque el primero ha sido por cuestiones extraliterarias». ¿Cuáles? ¡Si para eso estabas ahí!, ¡para decirlo!
García Posada: Seguimos bajando: «casi nunca gana el mejor». ¿Ahora es «casi nunca»? Espera, ¿y quién gana entonces? ¿Por qué no lo dices, cobardica? ¡Decid que gana el corrupto, leñe! ¡Gana el que firmó con la editorial hace meses!

45:00: Lafuente explica que se ha valorado la Generación del 98 en su clase y que, por decencia, no cuenta los resultados. ¡Que no, Lafuente! ¡Que funciona al revés! ¡Por decencia tendrías que contarlos! ¡Como todo lo demás que te callas!

45:30: Hasta la moderadora se descojona de ellos: «gracias por aportarnos tantas cosas sobre los premios literarios».

Resulta curioso que no se sorprendan, como diciendo «¿nosotros?».

2 comentarios:

  1. En efecto, hablan de los tejemanejes de los premios literarios como si fueran simples anécdotas: no lo niegan, pero tampoco profundizan en ello.

    Es muy curioso el cambio de actitud de Manrique, quien habla mucho en la primera parte pero calla cuando se menciona el Planeta.

    Y me choca que no hayas citado a Nietzsche, Lector Iracundo, cuando el peliculero Lafuente habla de que la literatura es una "profesión". Por otro lado, supongo que quería decir "arte".

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  2. En efecto, hablan de los tejemanejes literarios muy por encima, ¡casi se diría que son simples anécdotas!

    Me llama la atención el cambio de actitud de Manrique, mucho más participativo antes de que se mencionara el Planeta.

    Me choca que no hayas nombrado, Lector Iracundo, a Nietzsche cuando el peliculero Lafuente cataloga la literatura como una profesión en vez de como un arte.

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